Yace en paz, que es suficiente
para quien en tierra estuvo,
este hombre nunca tuvo
más que amor para la gente.
Vida tan pobre y decente
como la suya, no hubo,
y así, lo poco que tuvo
lo consiguió honradamente.
Lo recuerdo claramente;
siempre paso puntualmente
hasta el día en que murió.
Aunque fue una pulmonía
el barrio entero decía
que la miseria lo mató.
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