Visitas


Entremès de Cristobal de Llerena

(Encuéntranse en una plaza CORDELLATE, de pescador, y el GRACIOSO, a un lado; al otro, los ALCALDES 1 y 2, DELIO NADADOR, CLARGIO CALCAS, EDIPO y CARPATIO PROTEO.)

GRACIOSO: ¿Qué es esto, Cordellate?; ¿cómo venís tan trocado?; ¿qué súbita mudanza es ésta?; ¿tan fácilmente mudáis la profesión? ¿ayer melena y hoy chinchorro?; ¿qué jerigonza es ésta?
BOBO: No sé; preguntadlo al maese del argadijo, que me ha medido este hocico a pulgares, diciéndome: «¡No más bobo, no más bobo; caña de pescar y anzuelo, pesia tal!». Y ansí, por miedo de la pena, salgo cual veis a echar un lance.
GRACIOSO: No me parece mal; echá para todos, quizá por ahí soldaremos la borrumbada.
BOBO: No pica, juro a Dios, no quiere picar.
GRACIOSO: Pues si no pica, no vale nada la salsa. Creéme, vos y yo; sal, estudio, y veréis cuán bien pica allá.
BOBO: Así lo pretendo hacer, aunque agora está cerrada la pesquería hasta Sant Lucas, que son las aguas.
GRACIOSO: Pues ¿qué pretendéis hacer en el entretanto?
BOBO: Llegarme a Hayna, que no faltará lance.
GRACIOSO: Otra pesquería de más provecho os revelaría yo, si me tuviésedes secreto.
BOBO: ¿Y es?
GRACIOSO: Que llevéis un talegón de estos cuartos para trocar tostones, que se venden allá a cuatro reales conforme a la Cédula, y acá valen a ocho. ¿Qué mejor pesquería queréis?
BOBO: Bien decís; así lo haré.
GRACIOSO: Sabéis que he notado que en todo venís diferenciado, no sólo en la profesión, mas también en disposición corporal: ¿qué se hizo la barriga y el preñado?
BOBO: ¿Qué se hizo? Parióse.
GRACIOSO: Y ¿qué paristeis?, ¿algún monstruo?, porque de tal tronco no se espera otra cosa.
BOBO: Sí, mostro debió de ser; yo os prometo que es de tal manera el parido que ha llamado la justicia los zahoríes del lugar para que digan lo que es, que no hay quien lo conozca. Veislo aquí. (Lo sacan a la plaza.) Vade retro, mal engendro, que aunque te parí no te puedo ver.
ALCALDE 1: Sacad ese pantasma fuera, señores aríolos, que cierto es cosa espantosa.
ALCALDE 2: Señor alcalde, este mostruo ha nacido en tiempo y coyuntura de mucha consideración; porque tenemos mucha sospecha de enemigos, y hanse visto no sé qué faroles y fuegos, y en semejantes tiempos permite Dios estos portentos y prodigios para aviso de los hombres, y pues están aquí los aríolos, inquiramos lo que pronostica este mostruo.
ALCALDE 1: Paréceme buen consejo ése. Ea, señor Delio Nadador, y vos, Carpatio Proteo, estos señores os suplican que toméis esta provincia sobre vuestros hombros, y por el conocimiento de vuestra arte nos prevengáis lo que debemos hacer.
DELIO: Tome la mano primero, pues está presente, Clargio Calcas, cuya destreza tiene en el orbe todo fama, y visto su agüero, daremos los dos nuestro parecer después.
CALCAS.- Yo do la mano en eso a Edipo, intérprete famoso de monstruos; él diga lo que le parece primeramente.
EDIPO:
No quiero andar en comedimientos, sino hacer lo que se manda, que yo desaté el animal de la esfinge diciendo ser símbolo del hombre, y éste digo que es símbolo evidente de la mujer y sus propiedades; para lo cual es menester considerar que este monstruo tiene el rostro redondo de hembra, el pescuezo de caballo, el cuerpo de pluma, la cola de peje; la propiedad de los cuales animales se encierra en la mujer, como lo declara este tetrástico, que servirá de interpretación:
 Es la mejor mujer instable bola.
La más discreta es bestia torpe insana;
aquélla que es más grave, es más liviana,
y al fin toda mujer nace con cola.

DELIO: No consiento tanto vituperio en las mujeres, ni que se tuerza la hermana interpretación de este monstruo a las calidades falsas que dice Edipo de ellas.
EDIPO: Pues decí vos lo que entendéis, que yo no alcanzo otra cosa.
DELIO: Estas cuatro formas comprendidas en un cuerpo son símbolo de cuatro elementos en una naturaleza encerrados; porque el pece simboliza el agua; la pluma, el aire; la bestia, la tierra; la mujer, el fuego; y en comprobación de esto dijo Ovidio: las aguas habitan los peces; las aves, el aire; las bestias, la tierra, y la mujer llamó Terencio fuego cuando dijo a Fedria: Llégate a ese fuego y no sólo te calentarás, mas te quemarás.
PROTEO: No admito tan simples y peregrinas interpretaciones, que, pues este monstruo nació en esta ciudad, no hay que divertir a otra cosa su significación, sino a cosas de ella, y así entiendo que se debe entender por esta figura nuestra república, la cual la hacen monstruosa cuatro cosas: primeramente, mujeres descompuestas, cuyas galas, apetitos y licencias van fuera de todo orden natural; y la otra, caballos de cabeza.
DELIO: ¿Qué entendéis [por] caballos de cabeza?
PROTEO: Como hay toros de cabeza, hay también caballos de cabeza y caballos de ingle; de estos postreros no se trata agora; sólo digo caballo de cabeza, porque a este monstruo le nace de la cabeza el caballo. La tercera cosa es plumas de escribanos, letrados y teólogos.
ALCALDE 1: Declaraos en eso, Proteo, que estoy sentido algún tanto.
PROTEO: ¿Qué me miráis de puntería? Este negocio basta se sienta, no se diga.
ALCALDE 1: ¿Qué significa el pescado?
PROTEO: Maestres y capitanes de naos, cuya disolución en fletes y cargas son más que monstruosas, pues habéis de responder a lo que os piden o perder la hacienda.
ALCALDE 2: Eche agora el sello y remate el doctísimo Calcas, porque se acabe esta inquisición de todo punto.
CALCAS.- Yo siempre he sido consultado en contingentes bélicos; y siempre han tenido mis presagios sucesos correspondientes a mis agüeros. Considerando el nacimiento de este monstruo alcé la figura y socorrióme en el ascendente de Marte el signo de Piscis; por lo cual pronostico guerra y navíos, y por las figuras del monstruo, las prevenciones que debemos tener, porque mujer, caballo y plumas y pece quiere decir que las mujeres se pongan en cobro y se aparejen los caballos para huir, y alas para volar, y naos para navegar, que podrá todo ser menester.
ALCALDE 1: A nada deso tenemos miedo, buen caballero; nos tenemos en el río galeras bien reforzadas de gente y municiones, un cubo de matadero que vale su peso de plata; caminos cerrados que no los abrirá un botón de cirujano; deso bien podemos dormir a sueño suelto.
ALCALDE 2: Con todo eso, me parece que reparemos bien en este monstruo.
ALCALDE 1: ¿Qué hay que reparar en un parto de un simple?
ALCALDE 2: Muchas veces simples y borrachos paren cosas dignas de consideración, y si a vuesa merced le parece, entremos en cabildo y hagamos un acuerdo de todo lo dicho, de suerte que resulte algo de utilidad común.
ALCALDE 1: No se acuerde agora vuesa merced de comunidades, que es cosa prolija: éntrense, señores aríolos, que a el otro cabildo se verá y acordará bien sobre este negocio.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario