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Importancia de la respiración en la oratoria.

Importancia de la respiración en la oratoria.

La voz es el sonido que se produce al pasar el aire por la laringe, produciendo determinadas vibraciones en las cuerdas vocales. El aire debe pasar por la laringe al ser expelido de los pulmones y no al ser inhalado. No es útil el sonido que podría producirse al pasar el aire cuando ingresa, si fuera aspirado por la boca.

La respiración en oratoria debe ser:
Inhalar por la nariz sin excepciones exhalar por la boca, mientras se habla.

El ingreso de aire por vía bucal es malo para el orador pues la boca no posee ninguno de los elementos naturales que sí se encuentran en las fosas nasales, que permiten purificar, filtrar, humedecer y calentar el aire que ingresa a los pulmones.
La nariz es un verdadero filtro de impurezas que se vale de la mucosa y el bello interno de las fosas para detener las partículas que pueden ser dañinas para el organismo. Además, esos mismos elementos humedecen y calientan el aire lo necesario para no agredir a la laringe.

En cambio, tomar por la boca el aire en su estado ambiental, por lo general contaminado, seco y a baja temperatura, produce un daño enorme a las cuerdas vocales que se resienten y a corto o largo plazo sufren enfermedades complicadas que requieren cuidados muy intensos y delicados.

Para evitar estos inconvenientes, el orador debe acostumbrarse a respirar tomando el aire por la nariz, evitando siempre la entrada del aire por la boca. En cada pausa, debe respirar cerrando la boca y tomando rápido por la nariz. Si Ud. Está malacostumbrado y suele respirar por la boca, deberá realizar un esfuerzo adicional para superar el vicio. En todo caso, la recomendación es TOMAR CONCIENCIA DE LA PROPIA RESPIRACIÓN. Analizar cómo respiramos es el punto de partida para poder cambiar un mal hábito.

La salida del aire, siempre debe realizarse mientras se habla. Nunca suspirar ni soplar, pues representa aire PERDIDO. El aire útil es el que sale produciendo el sonido de la voz. Y la administración adecuada de ese aire útil requiere el cuidado de no desperdiciarlo. Recuerde entonces que nunca debe tomar aire por la boca, ni soltarlo en las pausas. Solamente tome por la nariz y suelte mientras habla, naturalmente.


Autor: Jorge Fiszer

Punto de giro en dramaturgia.



1)    
Escena2)     Punto de giro.3)     Ejemplo de punto de giro.4)     Bibliografía.


1.       Escena:

Es un fragmento de la narración que se desarrolla en continuidad en un mismo escenario. La escena se desarrolla en un mismo escenario y su desarrollo cronológico ha de ser lineal y continuo, es decir, sin elipsis (supresiones de ciertos momentos de la acción irrelevantes para la narración). La escena estará formada por uno o más planos, en cuyo caso habrá que cambiar la ubicación de la cámara determinadas veces pero siempre sin alterar la continuidad si seguimos el modelo académico.

2.       Punto de Giro

Una definición muy común dice que un Punto de Giro es una escena que imprime un ritmo diferente a nuestra historia. Es una escena clave que arroja a nuestro protagonista a una esfera de acción totalmente nueva y hace que todo sea diferente para él.
En una trama policíaca, el Primer Punto de Giro podría ser aquella escena en la que el policía que la protagoniza es acusado injustamente de un crimen que no ha cometido. Esta acusación lo obligará a probar su inocencia.
En una comedia romántica, el Primer Punto de Giro podría ser la escena en la que nuestra protagonista recibe la noticia de que su mejor amigo (el galán de turno) va a casarse. Una vez recibida esta noticia, ella hará todo lo posible por conseguir que esa boda se cancele y sea ella la que termine por casarse con él.
Los Puntos de Giro cambian el escenario en el que está transcurriendo nuestra historia y obligan a nuestro personaje protagonista a hacer todo lo posible por adecuarse a este nuevo entorno. Si no fuera por estos Puntos de Giro, todo estaría escrito en la historia desde el principio. Nuestro policía seguiría investigando su caso, nuestra enamorada seguiría soñando con su galán… pero de pronto sucede algo que cambia su objetivo: el policía pasa a querer demostrar su inocencia y la enamorada pasa a querer boicotear la boda de su amigo. Las cosas cambian y los protagonistas pasan a moverse en un entorno que no conocen y que les es profundamente amenazador.
Y es precisamente esa carga de amenaza lo que nos hace seguir leyendo.

3.       Ejemplo:

Pongamos un ejemplo práctico:
Un joven médico que vive en una gran ciudad abandona su trabajo cotidiano para viajar a una isla a investigar una extraña enfermedad.
Al de poco tiempo de llegar allí, comienzan a sucederse unos asesinatos.
La isla es tan pequeña que las autoridades le piden que actúe como forense.
La primera escena hace que el héroe llegue a un mundo diferente al suyo, sí, pero aún puede abandonarlo en cualquier momento. No es más que un visitante que puede coger el primer ferry de la mañana y volver a la gran ciudad.
Los asesinatos serán más bien un gancho: le informarán al lector de que pronto van a suceder muchas cosas interesantes en torno a ellos, pero no cambiarán en nada la situación de nuestro protagonista. Tendrán efecto sobre él y le harán responder de un modo concreto que le caracterizará ante los lectores, pero él seguirá pudiendo volver a la seguridad de su hogar… a pesar de que tengamos que tener en mente que nuestro personaje ha abandonado esa seguridad por algún motivo que tendrá mucho que ver con el tema de nuestra historia.
Cuando las autoridades locales recurren a nuestro héroe para que trabaje con ellos como forense, en cambio, cualquier posible vuelta atrás queda cortada de cuajo. Por una parte, estaría el deber moral contraído con esas autoridades. Y por otra estaría el hecho de que sería más que sospechoso el que un forastero llegado pocos días antes de esos asesinatos abandonara la isla.
El héroe ha atravesado el Primer Punto de Giro y ya no hay vuelta atrás.

4.       Bibliografía
- Cómo escribir un libro sin morir en el intento, taller de dramaturgia.


Teatro en Grecia.

  1. Teatro Griego.
  2. El ditirambo y las fiestas helénicas.
  3. Dionisos.
  4. Sentido religioso del teatro griego.
  5. Del ditirambo a la tragedia y al drama satírico.
  6. Los géneros dramáticos.
    · Drama satírico.
    · La tragedia
    · La comedia.
  7. Bibliografía.


1. Teatro Griego.

El origen del teatro griego se sitúa alrededor de la figura de Tespis (actor, director, dramaturgo) quien recorría los lugares con su carro de actores hacia la mitad del siglo VI a. de C. Sus actuaciones tenían que ver con las celebraciones en honor a Dionisos y la fiesta de la vendimia, al principio muy simple y con un solo actor. Poco a poco se fue complicando la representación: primero colocó a un personaje y lo hizo dialogar con el actor original; más tarde situó al coro, monocorde, que tendrá una gran importancia a lo largo de todo el teatro griego.
En líneas generales, la
 tragedia griega presenta las siguientes características:
* Las representaciones teatrales formaban parte de algunas celebraciones religiosas y, por lo tanto, las obras se representaban en unas fechas concretas del año.
 
* Los festivales eran competitivos: se seleccionaban tres poetas trágicos de entre los concursantes. Cada autor presentaba tres tragedias y un drama satírico.
* El coro: su papel fue disminuyendo a partir del siglo V (danzaban a son de la flauta). Es el elemento más relevante de la tragedia. La tragedia se constituye sobre la dualidad entre coro-personaje. El coro permanece en forma semicircular en la
 orchestra, su función es principalmente lírica; los personajes están en la escena. El corifeo es el personaje del coro que habla en nombre de todos.
* Los héroes trágicos están por encima de lo humano; la tragedia los expone no como ejemplos que deben ser imitados, sino como reflexión sobre los límites de la naturaleza humana. De ahí el efecto catártico, de purificación, de la tragedia.
* Todos los actores y el coro llevaban máscaras adecuadas a su papel (el uso de máscaras posibilita que los actores jueguen con los papeles: un actor con dos personajes / un personaje con dos actores). Llevaban
 coturnos para que se les viera mejor. Los actores y el coro eran siempre varones, que debían ser ciudadanos atenienses (aunque el personaje fuera femenino).
La tragedia griega se estructura según el siguiente esquema:

1. El
 prólogo. Parte que precedía la entrada del coro; es un monólogo que explica el argumento y la situación inicial.
2. La
 párodos. Canto del coro mientras entra. El coro no se va hasta el final de la obra. El coro es otro personaje más de la obra.
3. Los
 episodios. Escenas de uno o más actores junto al coro.
4. Los
 estásimos. Cantos del coro desde la orchestra. Se intercalan con los episodios.
5. El
 éxodo. Escena final tras el último estásimo. Salida del coro.

Los principales autores de la tragedia griega son
 Esquilo, Sófocles y Eurípides. Su explicación la puedes encontrar bajo la etiqueta de Nombres imprescindibles.

Frente a la tragedia,
 la comedia tenía la función de reflejar las acciones cotidianas realizadas por tipos comunes con sus vicios y virtudes. En principio tuvo su origen en la burla de los mitos que se representaban en la tragedia, y estaba constituida sobre todo por obscenidades, burlas y parodias. Los personajes eran el comilón, el viejo achacoso, el avaro, el tonto, el obseso sexual, etc. Es Aristófanes quien comienza a desarrollar comedias más formales, si bien remitian a espacios múltiples y a fantasías no muy ortodoxas. De todas sus comedias sólo nos han llegado nueve. Dos de las más importantes son Lisístrata, una comedia en la que las mujeres se rebelan contra los afanes belicosos de sus maridos, y Las aves, donde dos amigos huyen de su ciudad en la cual están acosados por los impuestos, a un mundo utópico habitado por pájaros, para establecer allí ellos mismos una tiranía. El otro autor de comedias en Grecia se llamaba Menandro. Nos ha llegado muy poco de su obra, en fragmentos además, que han permitido reconstruir algunas comedias, pero se sabe que componía comedias más refinadas que las de Aristófanes, dedicadas sobre todo a la creación de tipos ridículos en sus vicios y costumbres: el adulador, el desconfiado, el supersticioso, etc.

Los teatros griegos se excavaban en la falda de una colina, lo que permitía fácilmente formar los graderíos para el público. El graderío ocupaba dos tercios del total y sólo un tercio se reservaba a la escena, donde no había escenografía ni decorado, sino simples columnas de piedra, cuando las había. En el escenario se situaban los actores y el coro. La orchestra o foso antes de los graderíos podía ser ocupada por los músicos y danzarines, pues en el teatro griego estos elementos eran indispensables. El teatro griego mejor conservado y el más grandioso es el de Epidauro. Tiene capacidad para 14.000 espectadores y, convenientemente restaurado, es utilizado por la Compañía Nacional Griega para festivales de verano. Sorprende su magnífica acústica.


2. El ditirambo y las fiestas helénicas.

Según algún experto, el teatro griego nace del como: Coro que se desplaza para realizar una acción cultual con procesión y danza
Siguiendo a Aristóteles, la mayoría de los manuales de historia del teatro hacen nacer la tragedia del ditirambo o de los solistas del ditirambo, y la comedia de los himnos fálicos.
¿Qué era, en realidad, el ditirambo?
Parece ser que se trataba de un coro cantado por unos cincuenta (50) hombres o niños.
Su contenido era más lírico que dramático.
En los ditirambos se invita generalmente a los dioses a que desciendan a la tierra y asistan al canto del Coro para venerar a Dionisos.
Platón llama al ditirambo el nacimiento de Dionisos. En este dios los griegos personificaban todas las fuerzas misteriosas, bienhechoras y aterradoras de la Naturaleza.
En el Ática las fiestas estaban dedicadas a Dionisos, de ahí que se las denominase fiestas dionisiacas o dionisias.
Las dionisiacas tenían lugar tres veces al año:
1. En primavera -finales de marzo- estaban las grandes dionisiacas o de la ciudad de Atenas, aunque la hegemonía de esta ciudad les dio pronto un carácter panhelénico. Estas fiestas duraban seis días, y en ellas, tras el surgimiento del teatro, se celebraban tres concursos dramáticos a los que se presentaban los grandes autores. Es presumible que en toda la historia no haya habido unos premios de tanta repercusión como éstos.
2. En enero nos encontramos con las dionisiacas leneas, fiestas exclusivamente atenienses; duraban cuatro días y no contaban con concursos ditirámbicos.
3. Finalmente, a finales de diciembre, existían las dionisiacas rurales, en los demos o poblados griegos.
En las grandes dionisiacas se cantaba el ditirambo. Comenzaba con una procesión en la que se traía la estatua de Dionisos desde Eleuteras.
En las dionisiacas rurales el dios era traído en un carro naval y la procesión iba precedida por un sacerdote. El carro de Tespis (actor y trágico, que algunos historiadores lo consideran el creador de la tragedia) tenía igualmente la forma de carro naval (carnaval): hay que tener en cuenta que Grecia está poblada de islas.
El elemento característico del ditirambo solía ser un ritornello (estribillo) lanzado como un grito por el Coro. Con estos gritos se alternaba el canto del guía del coro llamado exarconte o corifeo. En ellos se solía implorar ansiosamente la llegada de Dionisos, dios de la fecundidad animal y agraria (ganadería y agricultura).

3. Dionisos.

Dionisos
En la mitología clásica, Dionisos es el dios del vino, inspirador de la locura ritual y el éxtasis, y un personaje importante de la mitología griega. Aunque los orígenes geográficos de su culto son desconocidos, casi todas las tragedias lo presentan como «extranjero».
Fue también conocido como Baco  y el frenesí que inducía, bakcheia. Es el dios patrón de la agricultura y el teatro. También es conocido como el ‘Libertador’ (Eleuterio), liberando a uno de su ser normal, mediante la locura, el éxtasis o el vino. La misión divina de Dionisos era mezclar la música del aulós y dar final al cuidado y la preocupación. Los investigadores han discutido la relación de Dionisos con el «culto de las almas» y su capacidad para presidir la comunicación entre los vivos y los muertos.
En el panteón griego, Dionisos fue incorporado como hijo de Zeus y Sémele, nieto de Harmonía y bisnieto de Afrodita, si bien otras versiones afirmaban que era hijo de Zeus y Perséfone. Se describe a Dionisos como femenino o «masculino-femenino».
El nombre Dionysos es de significado incierto. Su elemento -nysos bien puede ser de origen extraheleno, pero dio- ha sido relacionado desde antiguo con Zeus (genitivo Dios). Para los autores griegos, Nisa era una ninfa que lo crio o la montaña donde era atendido por varias ninfas (las Nisíades), que lo alimentaron y lo hicieron inmortal por orden de Hermes.
El séquito de Dionisos era llamado el tíaso, y estaba formado principalmente por ménades (sus compañeras de orgía).

4.  Sentido religioso del teatro griego.

Está claro que el teatro griego, de manera similar al teatro de los otros países de diferentes culturas que se han mencionado, tiene también un sentido religioso, al menos en sus primeras manifestaciones.
En Grecia el hombre se encuentra en continuo diálogo con la naturaleza a la que diviniza. La polis establece el marco de la convivencia social, regula esta convivencia. Pero la polis no anula las fuerzas de la naturaleza que: espléndidas y sobrecogedoras, rodean al hombre griego.
Las danzas son sin duda danzas de posesión auténtica que provocan el trance la histeria colectiva. Se trataba de danzas ejecutadas en torno a la timele (un altar situado en la orquesta), sobre el que previamente había sido colocada la estatua del dios.
El público acudía al rito del ditirambo con la cabeza ornada de coronas vegetales, y los fieles de Dionisos se contorsionaban presos de la manía divina. Mediante la danza, se reproducía una histeria colectiva que formaba parte integrante y necesaria de un rito cuya finalidad estaría en el exorcismo, en la liberación del furor reproducido.
De aquí arranca probablemente algo tan esencial en el teatro griego como es la mimesis y la purificación catártica de las que nos ocuparemos más adelante.
En ocasiones, estas celebraciones acababan en una comunión sangrienta, en la que los participantes devoraban crudo a un animal sobre el que previamente habían suplicado que descendiese Dionisos para poseerlo. Con el dios poseído, se divinizaban ellos también.

5. Del ditirambo a la tragedia y al drama satírico.


El origen de estos dos géneros estaría en el desarrollo del texto cantado por el corifeo y de los estribillos gritados por el Coro en los ditirambos. Así, pues, debemos pensar en un diálogo inicial entre el Coro y el corifeo, que no estaría muy lejos de los diálogos entre Coro y corifeo en la tragedia. Posteriormente, el corifeo se separó del Coro para dar lugar al primer actor.
Este paso capital se le atribuye tradicionalmente al mítico actor y autor trágico Tespis. Con la aparición del primer actor acaba de nacer en realidad el teatro occidental propiamente dicho.
Esto es fácilmente comprensible si imaginamos que este primer actor no sólo dialoga con el Coro, sino que acompaña su diálogo con la acción. Dicho de otro modo, no sólo recita o canta, sino que actúa: Es sujeto y objeto de la acción.
Los himnos fálicos no explican suficientemente algunos elementos característicos de la comedia, tales como los agones (enfrentamientos entre dos coros, entre Coro y actor o entre los propios actores); ni la Parábasis, o secuencia en la que el Coro se dirige sin máscara al público... Y, sin embargo, todo esto se encuentra en diversos rituales griegos.

6. Los géneros dramáticos.


Tres son los géneros dramáticos griegos: el drama satírico, la tragedia y la comedia. Los dos últimos servirán de norma a las variantes habidas en el teatro occidental.
El drama satírico expresa otra de las necesidades expresivas del teatro griego que, en ocasiones, debe dar rienda suelta a los impulsos refrenados, a las capas del yo reprimidas por la conciencia.
Los brotes del drama satírico han podido aparecer, aquí y allá, a lo largo de la historia del teatro: en Shakespeare, en Mallarmé, en Lorca, en muchos de los intentos de nuestro siglo emparentables con Artaud o con los surrealistas.
Consideramos como subgéneros parateatrales, y en nuestro caso preteatrales, el ditirambo, los comos y las audiciones timéticas (especies de oratorios en torno a la timele).
- El drama satírico.
Poco es lo que sabemos de este género. Poco es también lo que de él nos queda: Los sabuesos, de Sófocles; El cíclope de Eurípides y algunos fragmentos de Esquilo.
De origen dorio, fue introducido en Atenas por Pratinas, en la época en que Esquilo iniciaba su carrera, y se incorporó al programa dramático que contaba con una trilogía de dos tragedias y un drama. Al añadirle el drama satírico se convirtió en tetralogía.
Tiene grandes parecidos con la tragedia, tanto en su estructura formal como en su temática de carácter mitológico. Pero se diferencia de la tragedia en el tono, en la representación en la que tanto cuentan los gestos, la danza y en la composición del Coro, integrado obligatoriamente por sátiros, conducidos por su jefe y padre, Sileno; de donde, en Atenas, se le conoce también con la denominación de Drama silénico.
Por su fondo y su forma, se podría considerar como una tragedia divertida en la que el Coro de sátiros sería el componente básico y esencial; o como un drama grotesco, si atendemos más a los elementos de la representación.
¿Cómo eran los sátiros de estos dramas?
La mayoría de los historiadores los pintan vestidos con pieles de cabra se dice que de las cabras sacrificadas a Dionisos.
De este animal son igualmente otros atributos: cuernos, cola, pezuñas...
Como Dionisos, a cuyo corteo pertenecen, los sátiros personifican las fuerzas de la naturaleza, particularmente las fuerzas pasionales que conducen a la procreación; de ahí que hayan pasado a la posteridad como símbolo de la pulsiones eróticas que anidan en el hombre y en los animales. Pero también simbolizaban otros impulsos: el temor, el desenfreno, la ironía...
De ahí que se los represente como humanos con elementos animales.
- La tragedia
No sabemos muy bien por el origen del término tragedia, aunque algunos lo hacen provenir de tragos (macho cabrío), pues a nadie le convencen los motivos de dicha etimología.
En su estructura cabe distinguir:
* El prólogo, secuencia inicial que anticipa, en forma dialogada o monologada, la historia trágica.
* El parodos o canto de entrada del Coro.
* Los episodios, que serían como los actos o cuadros del teatro moderno.
Estos episodios suelen estar separados por cantos del coro (estásimos). De estos episodios, el último, formado por la salida del Coro, recibe el nombre de éxodo.
 - La comedia
En la comedia nos encontramos con una alternancia de recitados y cantos del Coro parecida a la de la tragedia. Pero existen diferencias importantes entre estos dos géneros. En contraste con la tragedia debemos resaltar especialmente:
* El Agón o combate. Constituye su primer episodio y consiste obligadamente en una escena de disputa de la que saldrá triunfante el actor que representa las ideas del poeta.
No hemos de olvidar que la comedia ateniense es una pieza de tesis.
* El segundo elemento diferenciador es la parábasis: durante una salida temporal de escena de los actores, los componentes del Coro se quitan los mantos y las máscaras, se vuelven a los espectadores y avanzan hacia ellos.
Las parábasis cuentan con siete partes; un canto muy breve o comniation; los anapestos, o discursos dirigidos al público por el corifeo; el pnigos, largo periodo dicho sin interrupción, y cuatro trozos simétricos de estructura estrófica.
En ninguno de estos géneros son necesarias las unidades de tiempo o de espacio, aunque a ellas tiendan los autores.

7. Bibliografía.

http://www.trampitan.es/historia-de-las-artes-escenicas/teatro-en-grecia-y-roma/
http://www.nicolacomunale.com/teoria.escenica/teorhistescenic/griego.html#elditi
https://es.wikipedia.org/wiki/Dioniso

Origen de los títeres.


- ¿Que es un títere?

1. Origen de los títeres.

2. Grecia.
3. Venecia.
4. Francia.
5. China.
6. Japón.
7. España.
8. Inglaterra.
9. Alemania.
10. Checoslovaquia.
11. Rusia.
12. Estados Unidos.
13. Argentina.

- Bibliografía.


- ¿Qué es un títere?

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define a los títeres como “figurillas de pasta u otra materia, vestidos y adornados que se mueven con alguna cuerda o artificio”. Esta definición ha de ayudarnos a concebir el origen de los títeres, ya que comprende en su género a cualquier material para realizarlo y también todo sistema que permita su movimiento.
El origen de esta palabra viene de muy lejos y es admitido como muy probable que naciera del ti-ti-ti provocado por una lengüeta metálica que caracterizó a los títeres durante siglos.
Según Margareta Niculescu la definición más acertada es: “El títere es una imagen plástica capaz de actuar y representar”. En primer lugar, Margareta nos dice que el títere es una imagen plástica, “imagen” es un vocablo que tiene varias significaciones:
  •     Es la representación de un objeto en pintura, escultura, etc.
  •         Indica semejanza.
  •    Es sinónimo de símbolo y figura.
  •    Alude a lo que se refleja en un espejo o en la mente.
  •    También quiere decir metáfora.



1. Origen de los títeres.
El Títere está en el principio del teatro, pues títere son los símbolos figurativos iniciales, las estilizaciones de los dioses o las fuerzas de la naturaleza, los primeros disfraces de los hechiceros, las primeras máscaras.
Para estudiarla historia del teatro hay, pues, que estudiar, inevitablemente, la historia de las religiones. Las primeras representaciones teatrales son las litúrgicas, pues teatro y religión van unidos en sus inicios. El primer sacerdote es el primer actor, el primer escenario es el primer altar y los primeros fieles son los primeros espectadores. Cuando ante el misterio de la naturaleza hay que crear una figura que la represente, nace el primer ídolo. El ídolo no sólo es la representación del dios en la tierra: el ídolo es la excusa para que a su alrededor se monte un espectáculo, con luces, sus sonidos, sus declamaciones. Al nacer el primer ídolo articulado nació el teatro de muñecos. Pero hay que distinguir entre uno y otro, y no confundir ídolo con muñeco.
La marioneta, que remeda al hombre vivo rompe sus proporciones, que altera su dimensión, fue en opinión de Paul McPharlin, “el siguiente paso” de la máscara. La máscara y la marioneta pudieron ser encarnaciones simultaneas del espíritu mágico y cumplir funciones rituales distintas, sin romper por eso su parentesco.
En lo que concierne al arte y al teatro de los muñecos están todos los autores generalmente de acuerdo que en situar sus inicios en Egipto; de donde pasó a Grecia, particularmente en el arte del mimo que practicaban los helenos.
2. Grecia.
En lo que concierne al arte y al teatro de los muñecos están todos los autores generalmente de acuerdo que en situar sus inicios en Egipto; de donde pasó a Grecia, particularmente en el arte del mimo que practicaban los helenos.
En Grecia los muñecos animados eran llamados con el nombre de “Neuropasta” y en las ferias y fiestas representaban espectáculos profanos que atraían una multitud de espectadores Xenofonte, en el Symposium, nos cuenta que no sólo actuaba muñecos que representaban figuras humanas sino que también se representaban los personajes de la mitología, los centauros, los muñecos, los faunos... Las pantomimas que se representaban con muñecos eran tanto o más apreciadas que las de actores.
Herodoto, historiador de la antigüedad, consigna las representaciones de muñecos animados en los espectáculos religiosos en Grecia y en el antiguo Egipto, y sabemos que las tragedias de Eurípides se representabas en el teatro de Dionisios. Xenofonte, además habla de un titiritero de Siracusa llamado Poteinos, que movía muñecos en el mismo teatro en el que se representaba a Eurípides.
El más conocido manipulador de muñecos griegos ha sido Photino. Su popularidad ha llegado hasta nosotros a través de múltiples citas de los autores de la época. Hay alusiones a las marionetas en los escritos de Aristóteles, Apuleyo, Marco Aurelio, Petronio. San Agustín anota una representación de marionetas en la Roma decadente. A Photino le habían autorizado los actores a actuar con sus artistas de madera en el teatro de Dionisios, al pie de la acrópolis. Se había instalado, sin duda para ser mejor visto por la asistencia, sobre el thymele, el altar del dios que cada teatro griego tenía en el centro de la orquesta.
Arquímedes tuvo tiempo, entre tantas y tantas complejas ocupaciones como debía ocupaciones como debían impedírselo, de diseñar y construir complicados muñecos con extraños mecanismos, con los que lograba imitar todos los movimientos humanos. Por desgracia no ha llegado hasta nosotros más que la descripción de los movimientos desarrollados, pero ninguno sobre los mecanismos que los impulsaban. Es decir, sabemos el qué, pero no el cómo.
En cuanto a los muñecos en sí mismos, estaban suspendidos por la cabeza a una vara metálica, con lo que se parecían acaso a las marionetas actuales que se fabrican en Lieja y en Sicilia.
Ya en el tiempo de Pericles las representaciones que se daban en la plaza pública de la ciudad o de la pequeña población eran seguidas siempre por una enorme cantidad de público, niños y adultos. Esa es la característica del teatro de muñecos de esa época y de casi todas las épocas: sirve para divertir indistintamente a los pequeños y a los mayores. En tiempos de Sófocles consta que los muñecos no actuaban sólo en Atenas, sino que recorrían todos los pueblos.
En Atenas, a finales del siglo V antes de Cristo, el muñeco es sujeto de controversia entre los que gustan de sus espectáculos y de los que, como Aristóteles, no ven en él más que puerilidad. Se indigna, porque personalidades importantes se interpretan por los muñecos y los hacen representar en el curso de banquetes para la distracción de sus invitados.
Es innumerable la cantidad de títeres para niños que se han encontrado en las sepulturas infantiles griegas. Era costumbre de la época enterrar a los difuntos con sus objetos personales más queridos, y lógicamente enterraban a los niños con sus juguetes más preciados, su marioneta.
De la Grecia pasa la tradición del teatro de muñecos articulados a Roma. Los muñecos griegos son los que los romanos llevaron de sus conquistas. El origen de los muñecos en Roma está indiscutiblemente en Grecia. Roma supo en esto, como en todo, no sólo como tenía los países conquistados.
Entre los romanos el teatro de muñecos <como el resto de las expresiones teatrales> no estuvo excesivamente considerado. Sus actuaciones fueron pronto asimiladas a los juegos del circo, consentidas y estimuladas para el populacho por cálculo político. Las marionetas no podían faltar en la Roma imperial, como no han faltado en ninguna época en ninguna ciudad. Los romanos, sin embargo, en sus gravead, en su orgullo de ciudadanos privilegiados, en su conciencia de domadores del mundo, tenía prohibido dedicarse a estas artes del mundo, tenía dedicarse a estas artes menores que desprestigiaba al hombre: las de distraer a los otros hombres. Y así los actores <y entre ellos los marionetitas, claro> no podían ser ciudadanos romanos. Se podía ser mago, charlatán, actor o marionetita, sólo en dos casos: o siendo extranjeros o siendo esclavo.
3. Venecia.
Los venecianos atribuyen el origen de la palabra Marionetta a una leyenda según la cual doce parejas jóvenes se fueron de sus hogares para casarse en la iglesia de Santa María de la Salud. De improvisto, una banda de piratas desembarco cerca de la iglesia atacando a la multitud y se llevaron a las doncellas aprovechando la confusión. Los jóvenes de Venecia alcanzaron a los piratas y lograron rescatar a sus novias. Desde ese momento se hizo costumbre celebrar el aniversario del hecho con una gran fiesta en la cual se efectuaba el casamiento de doce parejas de jóvenes. Esto ocasionaba tantas ofuscaciones entre los habitantes que decidieron sustituir a las doncellas por muñecas de madera las que fueron llamadas Mariettas o Marionettas.
A principios del siglo XVI utilizaban las marionetas para propagar la moda, las exhibían en la plaza San Marcos, Venecia, vestidas con los últimos modelos llegados de París. Esta costumbre decayó debido a que los sacerdotes comenzaron a combatirla hasta lograr desterrarla.
En 1795, Laurent Mourguet, un obrero de sedería de Lyon, instalo un teatro que subsistió bajo su dirección hasta 1815.
El termino Guignol era el nombre de un canut, apodo de los obreros tejedores de seda que gozaban de gran popularidad. A partir de esto el nombre Guignol se comenzó a utilizar para denominar el teatro donde aparecen los muñecos, en memoria de Mourguet.
El nombre de Polichinela o Pulchinela, se debe a Paulo Ginella, el primero en presentar títeres en Nápoles, pero fue popularizado por Puccio d'Aniello.
Cada país ha tenido su polichinela bajo diferentes nombres y formas, no distinguiéndose sus bufonadas más que por el carácter de la nación que representa: Pendj en Persia, Punch en Inglaterra, Pulchinella en Italia, Don Cristóbal en España, Hanswurst y Casperl en Alemania, Juan Klaassen en Australia, Hans Pickelharing en Holanda, Karagueuz en Turquía, Petrouchka en Rusia, Gnafrón y Guignol en Francia y Woltje en Bruselas.
4. Francia
La primera mención del nombre Marionette que se conoce en Francia, se encuentra en el libro de Sérées de Guillermo Bouchet en el año 1584 y 1608.
En 1847, George Sand, famosa novelista francesa, asistió en compañía de Víctor Borie como únicos espectadores al estreno de un pequeño teatro que para distracción de ellos mismo construyó su hijo Mauricio y el pintor Eugène Lambert.
La construcción del escenario era muy simple. Una silla cuyo respaldo estaba colocado hacia el espectador, sostenía un gran cartón de dibujo y una cortina para ocultar a las miradas del espectador, los operadores forzosamente arrodillados detrás del mismo eran quienes manipulaban los muñecos inhábilmente dirigidos, sin pretensiones y sin imaginar el porvenir que estaba reservado a ese Guignol de instalación tan precaria, que se llamó Thèatre des Amis.
Ello resultó tal éxito que realizaron un nuevo escenario donde pudieran moverse libremente, allí actuaban más de siete muñecos.
Al año siguiente, 1848, introdujeron nuevos actores y a partir de 1849 se representaban los dramas más terroríficos e impresionantes como Una tempestad en un corazón de bronce, Los aceros de Toledo, El fantasma nocturno y Roberto el buen ladrón.
El Thèatre des Amis tuvo su glorificación desde 1854 a 1872. Durante esos años se representaron más de cien obras diferentes y parodias de piezas populares.
A partir de 1872, los familiares y amigos de George Sand se dispersaron y su hijo continuó a cargo del Guignol. En ese momento, Sand sugirió la construcción de un teatro más perfeccionado, se realizaron carriles y otros aparatos que facilitaban la decoración del escenario. Asimismo decidieron agregarle cuerpo a los títeres, ya que hasta ese entontes eran solo manos y cabeza.
Hacia 1880 el Thèatre des Amis fue trasladado al atelier de la casa de Mauricio Sand (Imagen de la izquierda). El escenario era muy artístico, tenía un telón formado por una cortina roja. Ya contaban con cuatrocientos muñecos y más de cien obras. Pero cuando Mauricio Sand murió en 1889, todo desapareció con él quedando únicamente un volumen titulado thèatre des Marionettes.
En 1861 se inauguró en los jardines de las Tullerías, un Guignol dirigido por Luís Emilio Edmundo Duranty quien anhelaba que las obras estrenadas tuvieran gran trascendencia literaria. Sin embargo, sus buenas intensiones duraron muy poco porque no conseguía atraer al público por el carácter de las obras que representaba.
Lemercier de Neuville creó los pupazzi recortando dibujos y pegándolos sobre maderas formando siluetas, para su hijo enfermo. Esto les sugirió la idea de dar una representación en presencia de amigos. Gustavo Doré y Carjat se entusiasmaron con el proyecto y aportaron ayuda con sus ilustraciones.

Luego Lemercier de Nouville decidió crear sus propias siluetas tallándolas en madera y los vistió artísticamente presentándolos en público en 1863. Fue todo un éxito y atrajo no solo al público, sino también a la prensa en general.
En 1875, Thomas Holden estrenó en Paris un teatro de marionetas que tenían extraordinaria semejanza con los actores humanos pero no embelesaban mayormente.
Enrique Signoret tuvo la idea de crear un teatro para revivir obras de diversas épocas, al mismo tiempo resolvió no recurrir a verdaderos actores sino emplear marionetas. Esta idea se hizo realidad en mayo de 1888 representando las piezas El guardián vigilante de Cervantes y los pájaros de Aristófanes. El público estaba compuesto por poetas, escritores y artistas ilustres.

A partir de este momento, hasta 1892 se representaron obras de Cervantes, Shakespeare, Muricio Bouchor, Amadeo Pigeon y otros.

5. China
Los títeres y marionetas son conocidos en China desde tiempo remoto. Durante el siglo VIII el Guignol estaba en su florecimiento contando con el emperador Hiouen-Tsong. Se presentaban obras acerca de destacados héroes, escenas de la vida diaria, de animales que simulaban hablar y grandes pantomimas. Las marionetas eran similares a las europeas o mecánicas y solían actuar solo los días festivos. Se usaban también los títeres ambulantes.
El Guignol no solo estaba destinado a recrear al pueblo, sino que participaba también en ceremonias oficiales.
6. Japon
El guignol fue llevado desde China a Japón, con el nombre de Bunraku por Menukiya Tyozanburo, renombrado músico del siglo XVI. Tuvo gran aceptación llegando a ser uno de los entretenimientos favoritos del pueblo. Combinaban la manipulación de los títeres con la recitación de baladas dramáticas.
En Japón había dos clases de Guignol. El de muñecos accionados desde arriba con hilos (marionetas) y el de títeres manipulados directamente por los operadores. Pero en 1941 no existía más que una marioneta en Osaka, llamado Bunraku-za.
7. España
En España los primeros títeres eran en general manipulados por gente que los utilizaba para disimular su mal vivir. Recorrían los pueblos atrayendo a los lugareños al son de silbatos y campanillas.
Con el tiempo el Guignol fue introducido en las iglesias y monasterios donde estrenaban obras basadas en la Biblia y la vida de los Santos. Luego salieron al pueblo para continuar dando dramas y comedias de carácter religioso hasta que fueron expulsados por representar obras satíricas y divulgar la magia y el sortilegio. Más tarde aparecen nuevamente con gran éxito exhibiéndose en teatros.
España también fue la cuna de Federico García Lorca, poeta y titiritero, quien alternaba sus éxitos desde 1923 con obras como Misterio de los Reyes Magos, Retablillo de Don Cristóbal, Amor de Don Perliplin, etc. Recorría los lugares más apartados para ofrecer obras de Cervantes, Lope de Vega, Juan de la Encina y otros.
8. Inglaterra.
En los templos de Inglaterra aparecieron los crucifijos y las madonas cuyos ojos y miembros eran móviles y representaban obras basadas en capítulos bíblicos y episodios de la Pasión. Después continuaron con las mismas obras fuera de las iglesias con su cumbre en el siglo XVII cuando fueron abolidos los teatros acusados de ejercer influencia corruptora.
En 1713 Martin Powell utilizaba un Guignol que se llamaba Punch Theatre. Realizaba representaciones de sátiras políticas y baladas populares.
9. Alemania
El origen del títere en Alemania se debe a la afición y habilidad que tenían los antiguos campesinos para esculpir en madera de tilo de sus bosques. Los primeros aparecían en las catedrales y monasterios. Los guerreros del Hortus deliciarum del siglo XII son las primeras marionetas que se conocen en Alemania y generalmente representaban guerreros. Lo peculiar era que tiraban de los hilos pero desde los laterales.
En el siglo XVIII el Guignol estaba en su apogeo, las representaciones se efectuaban con gran lujo y perfección. La nobleza tenía sus propios teatros destacándose el del castillo Eisenstadt del príncipe Nicolás José de Esterhazy.
En el siglo XIX el títere se había modernizado, es entonces cuando aparece un nuevo sistema de marionetas al que denominaban Teatro de Ilusión. Los personajes estaban algo humanizados y tenían la mímica natural puesto que las cabezas eran realmente humanas. Era necesaria muchísima habilidad para dominar estos títeres. Los actores se colocaban en la parte posterior del escenario y sacaban la cabeza por delante de la cortina apoyándose sobre el cuello del muñeco.
Los titiriteros, marionetistas y sombristas alemanes se hallaban hasta hace pocos años agrupados en organizaciones que los ayudaban a resolver sus dificultades por medio de informaciones referentes a la historia y técnica del Guignol y las sombras. Muchos maestros lo han incorporado a las escuelas y ofrecen representaciones al mismo tiempo que enseñan su construcción y la manera de manipularlo.
10. Checoslovaquia
Checoslovaquia es el país que cuenta con mayor cantidad de teatros de muñecos y donde familias enteras practican el arte del Guignol como una profesión tradicional. Los teatros son notables por el arte de sus producciones y los equipos técnicos que poseen.
11. Rusia
En Rusia se destacan Lapin, Demmeni, Olga Aristova, Nina Efimova entre otros. Después de Checoslovaquia, Rusia es el país con mayor número de teatros de sombras, marionetas y títeres.
12. Estados Unidos.
En Estados Unidos los títeres fueron usados principalmente por los Indios Hopi. Eran muy hábiles en tallar y pintar muñecos. Usaban títeres en sus ritos como la Fiesta de las serpientes y las leyendas del trigo, maíz y otros cereales.
La primera función que se realizó en Nueva York, fue en 1739 pero hasta el siglo XX no se conoce más que la presencia de algunos titiriteros extranjeros.
El resurgimiento se debe a Mauricio Browne, quien estrenó en Chicago en 1915 Alicia en el país de las maravillas.
Los Piccoli, nombre del Guignol de Milán, fueron creados por Vitorio Podrecca, quien recorrió el mundo para presentarse en Europa y América. Las marionetas de este artista son consideradas las más artísticas y técnicamente perfectas.
13. Argentina
Los más antiguos antecedentes que se encuentran en Argentina se refieren al año 1791 y se vinculan naturalmente con la corriente de teatrillos ambulantes que recorrieron España.
Quien tuvo notable actuación fue un empresario español que llegó en 1831 y levantó un tinglado para hacer títeres en un lugar llamado el “Hueco”. Igualmente, recién a fines del siglo XIX se pueden encontrar noticias ciertas sobre otros titiriteros.
En la actualidad quienes luchan por el arte titeril son en primer lugar Javier Villafañe, luego Mané Bernardo y Sarah Bianchi. También se debe mencionar a C. Moneo Sans fundador del Museo de Muñecos de la ciudad de La Plata y a los hermanos Héctor y Eduardo Di Maurdo.
En 1898 salieron de Italia los tradicionales marionetistas Bastián de Terranova y su esposa Carolina Ligatti. Instalaron en Brasil un teatro con autenticas marionetas sicilianas. Luego de doce años se trasladaron a Argentina, inaugurando La Boca con el Guignol San Carlino.
El Museo Argentino del Títere nace el 5 de Noviembre de 1983 pero es desde agosto de 1996 que cuenta con sede propia en la calle Piedras 905. Para entonces, ya habían comenzado los trabajos de refacción en la que fue la casa natal de Mané Bernardo.
Allí abre sus puertas al público inaugurando su primera sala Serguei Obrastzov, en homenaje al gran titiritero ruso. En esta sala se exhiben títeres de África, Europa, Asia y Oceanía. En 1999 se suma la sala Moneo Sanz, dedicada a los titiriteros argentinos y en diciembre de 2000 la sala latinoamericana en homenaje a Lola y Mireya Cueto, mejicanas.
- Bibliografía.
  • Beloff Angelina, Muñecos Animados, prologuista Antonio Acevedo Escobedo, México, Ediciones de la Secretaria de Educación Pública, 1945.
  • Cueto Mireya, El teatro Guignol, México, Textos del Teatro Estudiantil de la
  • UNAM, 1953.
  • McPharlin Paul, Animal Marionettes, New York, Harper & Brothers Publishers, 1936.
  • McPharlin Paul, The Puppet Theate in America, New York, Harper & Brothers Publishers, 1949.
  • Títeres, sombras y marionetas, Maria del Carmen Schell

Génesis del teatro.

 1. Introducción
2. Rito y comunidad: hacia un concepto del teatro
3. El chamán, ¿primer actor?
4. Formas escénicas en los pueblos orientales:
·        En el antiguo Japón
·        La India Antigua
·        Israel
·        El antiguo Egipto.

1.     Introducción

No nos será difícil imaginar que en un pasado ya muy lejano de nosotros, un pasado que se pierde en la noche de los tiempos, el hombre sintiese la necesidad de comunicarse con sus semejantes: para pedir ayuda, para dar órdenes, para rechazar algo, para expresar sus miedos y sus afectos... Nuestros antepasados estaban inventando la comunicación (Este término "comunicación" se entiende como información científica o denotativa. Mientras la comunicación estética-expresiva, más cercana a la de la escenografía, se entiende como poética, artística, musical, espectacular.)

¿De qué medios se valieron para ello? Hoy en día, en nuestro mundo occidental, casi todo lo resolvemos con el lenguaje oral, articulado. Pero es fácil suponer que en aquel lejano periodo nuestros antepasados echaran mano de todo su ser:
- De los pies, 
- De las manos, 
- De la expresión 
- De sus rostros, 
- De la voz que, antes de la lenta adquisición del lenguaje estructurado, transmitiría sus mensajes por medio de las modulaciones de timbre y volumen.

Evidentemente, todo esto no era todavía teatro, ni siquiera teatralidad. Era simplemente «diálogo», comunicación elemental y primaria (Casi animal). 

Sin embargo, todos estos elementos y códigos (basados en el gesto, el movimiento, la voz...) Formarán parte del lenguaje múltiple del teatro.

Es curioso constatar que el teatro oriental está conformado por todos esos códigos, a los que unirá la danza, siendo la palabra uno más de sus lenguajes, contrariamente a lo que ocurre con el teatro occidental en el que es el principal sistema dramático comunicativo.

Volviendo a aquellas primeras civilizaciones, nos imaginamos al hombre indefenso ante la Naturaleza mágicamente dadivosa, pero también furiosa y hostil. El hombre debió entonces mirar a la Naturaleza y sentirse muy pequeño frente a ella. Así que empezó a considerar a sus elementos principales (el sol, la luna, el mar, algunos animales, (también bosques, ríos, montañas…) como a seres superiores.

Dicho de otro modo, el hombre empezó a divinizar esos elementos y a comunicarse con ellos. Pero esta comunicación con los elementos divinizados debía diferenciarse de la establecida con sus semejantes, ya que ante los primeros el hombre se sentía muy inferior. De ahí que los objetivos de esa comunicación fueran, esencialmente, suplicarles, invocar benevolencia, pedirles favores (que la tierra fuera generosa en frutos), darles gracias. Para hacer más eficaces estas preces, los hombres debieron reunirse en clan o comunidad.

2. Rito y comunidad: hacia un concepto del teatro.

En el paso de la comunidad recolectora o agrícola a la cazadora, los hombres encontraron modos de ritualizar el trabajo con sus preparativos y celebrar los éxitos. 

En el primer caso, las imágenes que nos descubren las pinturas rupestres demuestran una incipiente función de la ficción dramática; disfrazarse de animal. Revestido con una sofisticada piel y untado de oloroso sebo, el hombre engañaba al rumiante interpretando un primer papel por el que cobraba, si no dinero, sí cueros y carnes.

Después vendría la ceremonia del despiece, con su correspondiente y ancestral CULTO.

Tanto la comunidad agrícola como la cazadora, que finalmente llegan a coexistir, desarrollan un sentido de organización colectiva de los trabajos, es decir, empiezan a codificar lenguajes muy determinados, entre los que destacamos el de la representación simbólica.

Las tribus, a lo largo de siglos y siglos, van conformando ritos, ceremonias y formas de expresión primitivas, en las que aparecen los primeros gérmenes de teatralidad.

En las fiestas de epifanía de aquel lejano mundo se establece una especie de comunicación, poblada de aspectos simbólicos y misteriosos, que inventa formas dramáticas llenas de ideas metafísicas. Son ellas las que asientan una mitología que, por regla general, trata de conmemorar fechas o acontecimientos muy determinados, apoyados en efemérides que fijan los calendarios. 

Todo esto proyecta un importante carácter de acción participativa propia de una colectividad (que refuerza los lazos parentales y contribuye a la estabilidad de las jerarquías tribales asentadas).

Hemos hablado de teatralidad. Entendemos por tal la serie de manipulaciones que se producen en un hecho concreto para poner en relación un espacio ficcional con otro real (similar a la relación entre sueño y vigilia); el primero debe poseer los requisitos para establecer dicha relación de forma convencional; el segundo estará ocupado por un grupo de receptores dispuestos a aceptar dicha relación. Entre emisores y receptores se establece una comunicación especial cuyo código viene dado por las aludidas manipulaciones.

Así pues, podemos encontrar una incipiente teatralidad, no cuajada en toda su extensión, en las primitivas ceremonias que los antropólogos nos dicen que existieron desde los albores de la humanidad. 
En ellas, nuestros antepasados danzaban y danzaban, cantando breves salmodias, en torno a un objeto físico o psíquico (ídolo, tótem…). En esos rituales, los sistemas de comunicación eran intraficcionales, es decir, o todos bailaban, o todos se sumergían en el mismo espíritu participativo.

Estamos usando el término teatralidad y no el de teatro. Para que éste se produzca, aún se habrán de delimitar las fronteras de la relación extraficcional, y enfrentar a quienes actúan con los que ven. 
Como sabemos, el término griego theatron, derivado del verbo theáomai - ver, contemplar - vendrá a significar el lugar desde donde se ve la escena.

En estos inicios, las ceremonias tribales de súplica o de agradecimiento se expresaban por medio de signos fuertemente codificados en los que intervenían los lenguajes a que ya hemos hecho alusión (voz modulada - posteriormente palabra con significación previa -, expresión corporal, máscaras, música, danza...).
Como toda la colectividad participaba, era preciso que las formas estuviesen prefijadas de antemano. Y no sólo eso. Se trataba también de formas depuradas, ya que para comunicar con los elementos divinizados, la comunidad debía dar lo mejor de sí misma. El espacio participaba igualmente del carácter sagrado del rito y de su ejecución, que, por otra parte, contribuía a confirmar la continuidad del grupo social como tal.

En resumen nos quedamos con que los ingredientes para la teatralidad fueron:

§   la expresión corporal de los pies, manos, rostros, voz, danza...;
§   la comunicación ritual intraficcional;
§   el fin de la comunicación que es suplicar, invocar benevolencia, pedir favores, dar las gracias...;
§   el destinatario de la comunicación que es un ser trascendente;
§   la forma de la comunicación que es depurada y su contenido que es metafísico;
§   el disfraz (máscara, maquillaje, vestuario) para dignificar los participantes;
§   la comunidad emisora;
§  un espacio real que transmuta (con objetos simbólicos) en un espacio ficcional.

¿Cuántos de estos ingredientes persisten en el teatro actual?

3.     El chamán, ¿primer actor?

Pronto destacó una persona con cualidades especiales (brujo, adivino, vidente), entre ellas la de curar (curandero). 

El grupo interpretó que esta persona estaba próxima a la divinidad y que sus dones le venían de nacimiento o por influjo directo de dicha divinidad (poseso). Este individuo será el chamán, especie de mago, sacerdote y hechicero, cuya influencia en el grupo fue enorme. Su trabajo se inscribía dentro de la antigua evocación de rituales animistas de alto componente sincrético, necesario para la consecución de un poder mágico que le permitiera apropiarse de las almas para obtener la experiencia o sabiduría de sus antepasados.
Aportaciones de modernos investigadores han revelado que los chamanes contaban con un programa de preparación que recuerda al de los actores. 

Aprendían desde prestidigitación hasta nociones de pantomima, pasando por el arte de fingir desmayos, simular crisis nerviosas, vómitos, y un sinfín de trucos que daban a su oficio cierto tono didáctico, sólo que con una importante diferencia: esas prácticas eran más existenciales que artísticas.

Todos los miembros de la comunidad eran actores del mismo espectáculo, aunque con diferente cometido; dos principales, el curador y el por curar, y una serie de testigos, o coro mudo, cuando lo había.
La función principal del chamán era convencer de una realidad imposible que no imitaba a la verdadera, aunque en ella la subconsciencia jugara un papel importante. Su intención principal era la de curar; no la de recrear una ficción. Estamos ante un caso muy limitado de actor, con funciones próximas a las del intérprete moderno, pero con profundas diferencias.

Situación similar encontramos en los primitivos danzantes, que no efectuaban su ritual como simple demostración gestual de una técnica, sino, al contrario, con el explícito deseo de comunicar con fuerzas desconocidas de la Naturaleza, y con el fin de lograr de ellas determinados favores. Estas incipientes manifestaciones no debemos confundirlas con las primeras formas auténticamente teatrales que de aquéllas brotaron, y con las que seguirán conviviendo a lo largo de los siglos.

Hemos de distinguir entre el rito o comunicación no fingida, en la que todos son participantes en la acción y el teatro fundado no en la realidad o en el rito, sino en la figuración -ficción- de dicha realidad o de sus formas rituales, estando destinada a un público que no participa (público pasivo) en su realización. 

Dicho con Aristóteles: la ceremonia de concesión de poderes a un jefe de tribu, o la coronación de un rey, no es teatro; pero lo será cuando tenga como sujetos no jefes o reyes, sino a actores que lo finjan.

Pero veamos, antes de pasar al teatro propiamente dicho, algunos de los mitos previos que sustentan las ceremonias pre-teatrales. En el origen de todas las culturas orientales nos encontramos con la presencia de formas que luego hará suyas el teatro.

4.     Formas escénicas en los pueblos orientales.
                                     
  • En el antiguo Japón.


Amaterasu, diosa del Sol, molesta con su hermano Susano, decide encerrarse en una profunda cueva. En ese preciso instante desaparece la luz de la faz de la tierra. Los dioses han de imaginar un modo de sacar a Amaterasu de la gruta a fin de devolver la claridad a la tierra. Colocan entonces en un árbol, a la entrada de la cueva, todo un emporio de atractivos adornos, joyas, espejos y banderolas de cáñamo (escenografía), mientras que la familia interpreta una danza preñada de sones de pínfanos y tambores. Antes tan espectacular montaje, en donde intervienen una buena variedad de lenguajes propiamente teatrales, la pobre Amaterasu se enternece y sale de la gruta, con lo que el mundo vuelve a iluminarse (símbolo de la noche y el día o del invierno y la primavera).

Esta primitiva ritualización procede de mitos cuya entidad se concreta en la cultura de este pueblo. De ahí la especificidad de sus formas escénicas. Pero su sentido litúrgico parte de la interpretación que los sacerdotes, hacen de los dioses danzantes.

La primera obra en verso de aquella dramaturgia, utai, se atribuye al mismo dios Susano, que salvó a la princesa Inoda de una serpiente que la amenazaba.

Los hombres tendrán la misión de perpetuar sus acciones a través de la repetición del mito.

En Tíbet, las primitivas formas religiosas budistas tienen lugar en una serie de misterios tibetanos, doce aproximadamente, que se representaban en, monasterios y prados. En un escenario entoldado y sin decorado, se daban auténticas glosas salmodiadas, en las que no faltaban sus notas humorísticas, a cargo de diablos o personajes de muy baja condición social.

  • La India Antigua.


En la India, Brahma añadió a sus cuatro libros sagrados un quinto dedicado al teatro, el Naytya-Veda. Esta obra no fue comunicada a los hombres y sólo pudo ser conocida, y no íntegramente, gracias al rishi Bharata que, como buen profeta, hizo de intermediario con su Natya-Sastra cuyos versos sí pudieron servir de modelo a los poetas humanos.

El Natya Veda trata de la danza, el canto, la mímica y las pasiones.

En la India se cree que el teatro es de origen divino, como ya hemos apuntado. El hinduismo es considerado como la forma artística más completa, ya que da cabida a todos los géneros de poesía, épica y lírica, a las variantes lingüísticas (sánscrito y prácrito), a las artes del movimiento, la danza y el mimo.

Con el krishnaísmo comenzó el auténtico desarrollo del arte escénico en la India.

Había que contar con un dios-héroe, cuyas excelencias se pudieran narrar, y ninguno tan atractivo como Krishna, joven audaz que lucha contra los demonios y ama a las pastoras. El motivo de su nacimiento, con estampas que recuerdan civilizaciones más próximas, es punto central de su conmemoración. Alrededor de un establo, y frente al emotivo cuadro en donde se puede ver a Krishna junto a Devaki, su madre, la danza aparece llena de connotaciones litúrgicas. La celebración de tan atractivo dios está rodeada de una ceremonia con cierto comportamiento escénico. 

El teatro indio en sus orígenes era religioso, más tarde dará cabida a lo profano. Entre uno y otro, aparece una forma auxiliada por la danza y la música: el mimo. En realidad, el teatro indio mostrará situaciones y acciones para crear determinados estados anímicos en el espectador.

Cuando la acción (movimiento, danza, mimo) basta para exponer la trama de la obra, se podrá llegar incluso a prescindir de la palabra. No obstante, se dan actos que la convención escénica (también ética y poética) aconseja no mostrar para no herir la sensibilidad del espectador (la muerte, un combate, un acto amoroso). Estos acontecimientos serán transmitidos sólo por la palabra.

«La antigua escena en la India era muy primitiva. Una cortina constituía el fondo del escenario durante toda una representación; tras ella se colocaban los actores mientras no representaban, se cambiaban de vestuario, se producían ruidos, murmullos de la multitud, voces, etc. Este teatro no tenía ni decorados ni bastidores. Pero prescribía con detalle el vestuario de los actores de acuerdo con los personajes que representaban.
Por lo demás, los gestos, la mayoría de las veces, se limitaban a insinuar lo que querían mostrar, dejando que el espectador completase con su imaginación lo que en el escenario se sugería. Siguiendo a los personajes, el espectador debía trasladarse por los más apartados lugares a los que la acción le transportaba.»
Una representación típica comenzaba por la bendición y elogio de un dios, por lo general el dios Shiva, el mayor danzante. Según las prescripciones del rishi Bharata, convenía tener contentos a los dioses. Para ello, antes de la representación, se ejecutarán diferentes - tipos de cantos y danzas, se erigirá el estandarte del dios Indra, junto u a otras ceremonias.

Le seguía un prólogo, en el que el actor principal habla con su mujer o con sus colaboradores sobre el tema de la obra que van a representar, con vistas a situar al público en su historia. 

Sin transición se pasaba a la representación propiamente dicha. Al final, la representación terminaba con una nueva fórmula de invocación religiosa, en la que se pide el bien del soberano y su pueblo, que la tierra fuera generosa y prosperasen las ciencias y las artes.

La duración de un espectáculo teatral en la India antigua podía ser considerable (hasta más de 8 horas). 
Los Shakuntala tenían siete actos; los Mricchakatika, diez. Un ejemplo de los primeros en la literatura oriental sería Shakuntala o Anillo del destino, de Urvazi. A veces, un espectáculo iniciado a la caída de la tarde podía durar hasta las cuatro de la madrugada.

Por último, hemos de indicar que, en la India, contrariamente a lo que ocurre con la tragedia griega, todos los espectáculos deben tener un final feliz para el héroe, como en los cuentos. Si, en alguna obra, el héroe muere, será para resucitar pronto a la vida.

Lo religioso da plena cabida a lo maravilloso y fantástico, pudiendo hacer figurar conjuntamente a dioses, héroes, hombres mortales y animales (la vaca, el elefante, el león).

Selección de Máximas del Natya-Castra.
Terminamos esta breve excursión sobre los orígenes teatrales de la Antica India, con algunas máximas muy significativas del libro de Brahma.

(Texto de Brahma)
“El teatro, don del cielo para guía del hombre.
Y dijo Brahma:
- El Teatro describe las manifestaciones de este Triple mundo en su totalidad.
- La ley tanto como el juego, y la riqueza, y la quietud, y la risa, y la guerra, y la pasión, y la muerte violenta.
- Ley para quienes la ley siguen, pasión para quienes a la pasión se entregan, disciplina para quienes al mal se encaminan, autodominio para quienes a sí mismos saben conducirse.
- A los eunucos da valor, a los bravos energía; aviso a los inconscientes, a los sabios perspicacia.
- Y pues se reviste de las manifestaciones varias de la vida, encarnando las diversas fases de la acción, yo, Brahma, he construido este Teatro en conformidad con el movimiento del mundo.
- De este modo, por medio de los sabores, los sentimientos y sus modos todos de movimiento, este Teatro será para todos fuente de enseñanzas.

- A los acosados por desdichas, penas y trabajos; a los abrasados por un fuego interior: a todos ofrecerá el Teatro un refugio en esta vida.
- Porque al mostrar los senderos de la ley, de la gloria, de la longevidad y de la gracia, y al fortalecer la inteligencia, este Teatro será para todos  fuente de enseñanzas.
- Que no hay conocimiento, ni oficio, ni ciencia, ni arte, ni forma de actividad, ni método que no deje visibles este teatro.
- No debemos ignorar que el Teatro representa las acciones completas de los dioses y los titanes, de los reyes y del pueblo, así como de los Profetas de la palabra sagrada.
- Todas las naturalezas individuales del mundo, con sus mezclas de dicha y de desdicha, representadas por la mímica corporal y los demás medios de expresión: esto es lo que se entiende por Teatro.
- Al Saber sagrado, a la ciencia y a los mitos, proporcionará un lugar de audiencia, y a la muchedumbre un divertimento: tal ha de ser el Teatro.”

  • El dramatismo de los textos bíblicos: Israel.


Las más conocidas referencias espectaculares están en los libros del Antiguo Testamento.

Recordemos las danzas de los levitas; o ese sugestivo libro, modelo de drama erótico-místico que es El Cantar de los Cantares, cuyo reparto está configurado por dos personajes principales, el Esposo y la Esposa, así como por un magnífico Coro que les da respuesta; o el drama de Job...

El teatro occidental, desde la Edad Media, acudirá a la Biblia con frecuencia, no sólo en busca de temas y de historias, sino también en busca de lenguajes y formas teatrales.
  •     El antiguo Egipto.


Aunque los secretos del viejo teatro egipcio no se conocen con precisión sí se sabe que en el año 2000 a. de C. ya había manifestaciones dramáticas en las tierras del Nilo, en la mayoría de los casos presididas por el conocido culto a la muerte que esa civilización profesaba.

Los egipcios representaban a los vientos, la vida diaria y sus costumbres, y los hechos sagrados procedentes del culto a los dioses, siempre a través de danzas y canciones. 

La más famosa de estas celebraciones tenía lugar en torno a Osiris, y se desarrollaba en el desierto, delante o en el interior del templo. La duración era de ocho días, que corresponden a cada uno de los actos de la obra. Los intérpretes -sacerdotes y pueblo-, usaban un vestuario en el que dominaban las telas blancas, transparentes para las muchachas. Los actores llevaban gran cantidad de adornos corporales, como pelucas y trenzas, y fuertes colores para el rostro, empleando la anilina para azular los ojos.

La obra narra los hechos de la diosa Osiris, al principio defendida de sus enemigos por Boboo, y luego transportada en una barca, junto a sus cortesanos, por las aguas del Nilo. El centro del espectáculo lo constituyen los rituales por la muerte de Osiris y, sobre todo, por su resurrección y entrada en el templo. La obra contiene una parte que se oculta al pueblo: la entrada del faraón y del sacerdote al cuarto de los secretos.

Resumiendo:
Todas las celebraciones tienen un origen similar: el culto a divinidades, con formas de representación imaginativa (que inducía cierta hipnosis colectiva) caracterizadas con distintas fisonomías según la particular idiosincrasia de cada pueblo y condicionadas por las peculiares situaciones geo-físicas, climáticas y recursos ambientales...

Todas surgen de un esquema parecido:
  •   Espacio sagrado, templo o altar;
  •   Primitivos actores-danzantes que giran a su alrededor;
  •   Disfraces (máscaras, maquillaje, vestuario...);
  •   Comunicación (escénica) ritual, con danza, música, gestos...;
  •   Comunidad participante.
Grecia se beneficiará de las aportaciones de los egipcios. El culto a Dionisos, origen del teatro griego, como veremos en el próximo capítulo, se fijó en Atenas siguiendo conocidos rituales venidos de las proximidades del Nilo, mientras que el de Zagreo (Dionisos niño) entró por la meseta de Anatolia. Dice Luciano que «Orfeo y Museo, al instituir los misterios, ordenaron que se pudieran explicar las cosas santas sin la danza y el ritmo».
La diferencia principal entre los cultos de civilizaciones señaladas anteriormente y la civilización helénica, de donde surgirá el teatro occidental, es que aquéllas tardaron en independizarse del culto a los dioses, mientras que Grecia, sin olvidar tales orígenes, supo pasar también a imitar e implorar a los héroes de la mitología y de la historia, al hombre, «medida de todas las cosas», que diría Protágoras.


Colaboraciòn: Yamilka Estandre.