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La casa, poema de René del Risco Bermúdez

La casa era de humilde madera provinciana,
y en la terraza erguía su verde un limoncillo,
allí quedo tu nombre a punto de cuchillo
bajo las mariposas, la lluvia y las campanas.

Un pozo abandonado, con su brocal sencillo
a flor de tierra casi, a flor de tus mañanas,
se tragó tus pelotas, tus sueños, tus anillos
y ahogo quizás el rostro de tu niñez lejana.
Bajo la tierra aquella donde tu pie pisaba,
tras de la puerta oscura que tu madre cerraba,
en el grave sonido de la lluvia en el techo.

Hoy no hallarás, en cambio, nada de lo que esperas.
Todo ha ido muriendo lentamente en tu pecho
y seguirá muriendo, hasta que tú mueras.

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