Título: ¡Basta de abusos, basta de bullying!
Autor: Fabián Choque
Personajes:
Jenny
Silvia
Carlos
(Se abre el telón y aparece Jenny
sentada con un polo manga de larga y con la capucha puesta, en una silla en
medio del escenario, con la cabeza gacha) (Aparece Silvia con mirada seria y
fija. Luego, se dirige hacia ella)
Silvia: ¡Mira cómo estás vestida! Pareces una
pordiosera ¿¡Qué no tienes algo mejor que ponerte!? (Jenny comienza a agachar un poco
más la cabeza) Ni eso sabes hacer bien. (Se retira molesta por el otro
lado del escenario) (Luego, entra a escena un joven llamado Carlos con una
actitud déspota)
Carlos: (Se inclina frente a ella) ¡Qué fea
eres! (Mueve la cabeza en señal de negación) Con razón que ningún
chico quiere estar contigo (Jenny agacha más la cabeza, todavía)
¿Qué? (Acerca su oído a ella) ¿Me vas a refutar en algo? (Se
pone de pie) ¡Claro! ¡Qué me vas a refutar si todo lo que he dicho es
verdad! ¡Qué triste vida la tuya! (Se retira de escena)
(Vuelve a aparecer Silvia y
camina pasando frente a Jenny; inmediatamente la ve y regresa con ella)
Silvia: (Con sorpresa) ¿¡Sigues aquí,
todavía!? ¿¡No entiendes que pierdes el tiempo tratando de ser feliz!? (Jenny
se agacha aún más, todavía) ¡Jamás lo serás! (Le grita) ¡Buaahh…! (Jenny
retrocede un poco) ¡Miedosa, aparte de fea! (Mira al público) ¡Esto
es el colmo! (La vuelve a mirar) Deberías meterte en su saco y lanzarte al
mar, así le haces el favor al mundo ¡Ay!
(Se retira de escena saliendo por
el otro extremo) (Aparece ahora Carlos)
Carlos: ¡Hola fea! ¿Cómo estás? (Jenny
se coloca en posición fetal colocando la cara en las rodillas) ¡Eso!
¡Así debes estar! Con la cabeza gacha, sin mostrar esa… “cara” que tienes (Cruza
los brazos) El chico que encuentres, estará contigo solo por pura
lástima (Le golpea en la cabeza) ¡Ey! ¿¡No me escuchas!? (Coloca
las manos en la cintura) ¡Y encima sorda! Ni para eso sirves (Se
retira de escena)
(Ya sola, Jenny levanta la cabeza
lentamente)
Jenny: (Totalmente seria) No sé de qué me
sirve la vida que tengo que vivirla con una espina siendo clavada todos los
días en mi corazón. Una espina que me causa un dolor tan inmenso, que ni la
costumbre lo puede aliviar. (Suspira) Será mejor no salir al
mundo y quedarme únicamente aquí, en dónde el sufrimiento sea menos intenso y
tanto mi corazón como mi alma no tenga que pasar por las penalidades que la
duras palabras les hagan pasar. Adiós al mundo. Adiós, Jenny.
Fin
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